Esquema de trabajo para la Reunión Pre-Sinodal
Esquema de trabajo para la Reunión Pre-Sinodal
Introducción
LAS MOTIVACIONES Y LAS INTENCIONES DE LA REUNIÓN PRE-SINODAL
1. El camino del Sínodo de los Obispos es un proceso largo y articulado, constituido por etapas importantes, en las que participan en diversos momentos los varios componentes de la Iglesia.
Después de la elección del tema el 6 de octubre de 2016, la primera etapa fue la publicación del Documento preparatorio, el 13 de enero de 2017. Este documento contenía, además de un importante cuestionario destinado principalmente a las Conferencias Episcopales, a los Sínodos de las Iglesia Orientales Católicas y a otros organismos eclesiales, una primera novedad: el deseo de escuchar la voz de los jóvenes «a través de un sitio web, con un cuestionario sobre sus expectativas y su vida» (Documento preparatorio, introducción). Del 5 al 9 de abril de 2017 tuvo lugar un Encuentro internacional con los Responsables de pastoral juvenil a nivel mundial, en el cual se presentó el camino sinodal. Del 11 al 15 de septiembre de 2017 tuvo lugar un Seminario internacional sobre la condición juvenil que contó con la presencia de numerosos expertos y de varios jóvenes.
Se prevé después la publicación del Documento de trabajo, que reunirá las indicaciones de los Pastores y de los organismos eclesiales, la síntesis de las respuestas al cuestionario online y el resultado de la Reunión pre-sinodal. La Asamblea General del Sínodo de los Obispos tendrá lugar del 3 al 28 de octubre de 2018 y llevará a la publicación de un documento de parte del Papa que cosechará los frutos de todo el recorrido sinodal.
2. Desde el comienzo, las intenciones del Santo Padre incluían el deseo vivo y constante de implicar directamente a los jóvenes en este recorrido, ya que el Sínodo no es sólo para los jóvenes, sino también y sobre todo con todos los jóvenes.
Esta voluntad de implicar a los jóvenes la confirmó con fuerza, tanto en la carta que les dirigió el 13 de enero de 2017, así como también durante la Vigilia de oración en preparación de la XXXII Jornada Mundial de la Juventud, el pasado 8 de abril. En esa ocasión, el Papa afirmó que «En el Sínodo, la Iglesia entera quiere escuchar a los jóvenes: qué piensan, qué sienten, qué quieren, qué critican o de qué cosas se arrepienten».
3. La voluntad de escucha sincera y atenta de los jóvenes encuentra su concreción en la Reunión pre-sinodal. Durante la catequesis del 4 de octubre de 2017 el papa Francisco decía: «Deseo anunciar que del 19 al 24 de marzo de 2018 ha sido convocada por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos una Reunión pre-sinodal a la que están invitados los jóvenes provenientes de diversas partes del mundo: tanto jóvenes católicos, como jóvenes de diversas confesiones cristianas y de otras religiones y jóvenes no creyentes. Esta iniciativa se inserta en el camino de preparación de la próxima Asamblea General del Sínodo de los Obispos que tendrá como tema Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, en octubre 2018. Con este camino la Iglesia quiere ponerse a la escucha de la voz, de la sensibilidad, de la fe y también de las dudas y las críticas de los jóvenes. Debemos escuchar a los jóvenes. Por ello, las conclusiones de la Reunión de marzo serán transmitidas a los Padres sinodales».
4. Quedan claras pues las motivaciones y las intenciones de la Reunión pre-sinodal, que reunirá en Roma a una representación cualificada de jóvenes provenientes de todo el mundo.
El esquema de trabajo que se presenta a continuación, en continuidad con el Documento preparatorio, se divide en tres partes:
- la primera está dedicada a profundizar la situación real de los jóvenes de hoy;
- la segunda está vinculada a la comprensión de parte de los jóvenes de las palabras clave del próximo Sínodo;
- la tercera está orientada a corresponsabilizar a los jóvenes en la acción educativa y pastoral de la Iglesia.
Es importante recordar que el Documento preparatorio sigue siendo el punto de referencia indispensable para las distintas temáticas que se proponen en el esquema de trabajo. Al igual que no hay que olvidar que cada participante será de algún modo y en relación a diversas categorías un representante de un grupo más amplio (Conferencia Episcopal, Sínodo de la Iglesia Oriental Católica, confesión cristiana, religión, asociación, grupo, movimiento, diferentes ambientes de vida, de compromiso y de trabajo de tantos jóvenes), del cual tiene el deber y el derecho de ser un portavoz sincero y leal.
5. La metodología de trabajo que será propuesta durante la Reunión pre-sinodal es muy sencilla.
Según un calendario preestablecido, habrá algunos momentos en los cuales se ahondarán en las temáticas propuestas en los respectivos grupos lingüísticos. Otros momentos, en cambio, se dedicarán a la Asamblea plenaria, en la cual se pondrá en común el trabajo desarrollado, con la posibilidad de intervenir personalmente, para llegar a una síntesis compartida, que será la aportación específica de la Reunión pre-sinodal con vistas a la Asamblea General. El esquema de trabajo ofrecido es muy breve y abierto: efectivamente, lo que se desea es dejar amplia libertad de expresión tanto en cada grupo lingüístico como en los momentos de Asamblea plenaria. Las preguntas propuestas tienen como objetivo abrir el diálogo y orientarlo.
6. Dado el relieve mundial de este acontecimiento y puesto que se desea promover algunas modalidades juveniles de interacción, durante la Reunión pre-sinodal será posible para los jóvenes que lo quieran participar “a distancia”, utilizando los instrumentos informáticos.
Por esto, a través del sitio web oficial www.synod2018.va se garantizará la escucha de un número mucho mayor de jóvenes respecto a los efectivos participantes en la Reunión pre-sinodal presentes en Roma, permitiendo así que la escucha entre la Iglesia y los jóvenes de hoy sea cada vez más plena y significativa.
7. La publicación de este esquema que contiene las preguntas que orientarán los trabajos de la Reunión pre-sinodal quiere ser una forma de implicación para cada joven y para los grupos juveniles de todo el mundo, a fin de que puedan prepararse para dar su contribución online durante la Reunión pre-sinodal.
Primera parte.
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES DE LOS JÓVENES EN EL MUNDO ACTUAL
Contribuir para que en el proceso sinodal se tengan en cuenta las condiciones extraordinarias de esta época y las situaciones concretas en las que los jóvenes plasman hoy su identidad es el primer paso a dar en nuestro camino.
El contexto social, económico, político, cultural, religioso y eclesial actual ciertamente ofrece nuevas oportunidades, pero presenta también algunos desafíos inéditos. La experiencia de la globalización no siempre unifica y homologa, sino que muchas veces exacerba las diferencias, tanto que cada continente y cada nación aparecen diversos, al crear condiciones y posibilidades diferentes para crecer, para crear una propia identidad singular y para implicarse en una determinada pertenencia social.
El planteamiento de la relación familiar y de las relaciones entre semejantes, la dinámica de la vida escolar y universitaria, el mundo del trabajo y la relación con el dinero, la gestión de los afectos y de la sexualidad, el uso de las nuevas tecnologías y el empleo del tiempo libre, la expresión de uno mismo a través de la música y el deporte, el encuentro con el malestar, la pobreza y la marginación determinan un nuevo modo de comprender el mundo y de proyectar la existencia, creando un imaginario juvenil inédito.
Ciertamente, si nuestro tiempo está marcado por las grandes cifras de la fragmentación existencial, de la confusión en cuanto a los valores y de la múltiple pertenencia, algunas categorías de lectura de la realidad nos acercan a las condiciones bíblicas de la existencia humana: la fragilidad de la existencia puede convertirse en una condición privilegiada para buscar aquello en lo que realmente se puede confiar; la inseguridad puede ser una posibilidad de apertura a un sentido más amplio de la existencia; el individualismo puede convertirse en motivo para tender sinceramente hacia una auténtica fraternidad; la movilidad puede transformarse en una forma de vida que impulsa a desear una patria capaz de colmar los deseos profundos del corazón humano.
PREGUNTAS PARA EL TRABAJO COMÚN EN GRUPOS
(1) La formación de la personalidad. ¿Cuáles son las experiencias relacionales y afectivas, los eventos especiales y los lugares específicos que plasman hoy, más que otros, la identidad de las jóvenes generaciones?
(2) La relación con la diversidad. ¿Qué desafíos y oportunidades se presentan en nuestro mundo cada vez más hiperconectado, multicultural e interreligioso, en el cual lamentablemente la disparidad y las divisiones aumentan?
(3) Los jóvenes y el futuro. ¿Qué sueñan los jóvenes para su vida y para la sociedad en la que viven y de qué modo se están empeñando para concretar sus aspiraciones?
(4) La relación con la tecnología. ¿De qué modo contribuyen las nuevas tecnologías a plasmar hoy la identidad y el estilo de vida de los jóvenes entre nuevas oportunidades y peligros inéditos?
(5) La búsqueda del sentido de la existencia. ¿Qué relación hay entre la vida cotidiana de los jóvenes y su experiencia de lo sagrado, de la espiritualidad y de la religión?
Segunda parte.
Fe y vocación, discernimiento y acompañamiento
Contribuir a fin de que en el proceso sinodal se tome conciencia del modo específico como los jóvenes comprenden las palabras clave de la fe, los deseos de la Iglesia y las intenciones de Jesús, Nuestro Señor, es decisivo para crear sintonía entre los jóvenes y el Evangelio.
La fe es la riqueza propia de la Iglesia, recibida por gracia. Es el don de poder participar en la vida de Dios, de hacer experiencia de su amor, de vivir el encuentro con el Señor Jesús, que desea una vida plena, abundante y eterna para todo hombre, sin excluir a nadie. A través de la fe de la Iglesia se entra en el ritmo de la salvación, se permanece en la verdad, viviendo una relación feliz y justa con Dios, que después se transforma en servicio generoso para con todos.
Cuando se habla de vocación, ante todo debemos entender la llamada al amor y a la vida en plenitud, que en cada persona asume una modalidad concreta y singular según la opción de vida determinada en la que se especifica. Esta concierne, según el pensamiento cristiano, a todo bautizado y a todo hombre, en cuanto amado y creado por Dios en sí mismo. Por esto, aclarar la propia vocación es una tarea que corresponde a todo hombre, y especialmente a todo joven.
El discernimiento vocacional es el trabajo interior a través del cual se llega a comprender el sentido de la propia existencia, que es tanto un don que hay que acoger con gozo, como una tarea que hay que asumir con compromiso y responsabilidad. Es un camino hecho de escucha atenta, de interpretación sabia y de elección libre y valiente de una específica forma de vida en la Iglesia (laical, consagrada, sacerdotal) y en el mundo.
Precisamente porque el itinerario para discernir la propia vocación no es automático ni sencillo, resulta importante el acompañamiento de parte de personas que sepan caminar con humildad y sabiduría junto a los jóvenes. Es decisivo que los jóvenes encuentren, también entre sus coetáneos, verdaderos compañeros de viaje, que actúen con libertad de corazón, desinteresadamente y con la plena conciencia de ser colaboradores del Dios del amor y de la alegría.
PREGUNTAS PARA EL TRABAJO COMÚN EN GRUPOS
(6) Los jóvenes y Jesús. ¿De qué modo perciben los jóvenes del tercer milenio la persona de Jesús, tal y como nos la narran las Sagradas Escrituras?
(7) La fe y la Iglesia. ¿De qué modo viven los jóvenes de hoy su fe personal en Jesús y qué relación mantienen con la comunidad eclesial?
(8) El sentido vocacional de la vida. ¿Las jóvenes generaciones tienen conciencia clara de haber venido al mundo con una llamada personal y para una misión específica?
(9) El discernimiento vocacional. ¿Qué instrumentos pueden ser útiles y qué momentos son más apropiados para ayudar a un joven a tomar las opciones de vida fundamentales en la Iglesia y en el mundo?
(10) Los jóvenes y el acompañamiento. ¿Cuáles deberían ser las características de una persona fiable, adecuada para acompañar a un joven hoy en su camino de vida?
Tercera parte.
La acción educativa y pastoral de la Iglesia
Contribuir a fin de que en el proceso sinodal se puedan identificar las modalidades más eficaces para anunciar hoy la buena noticia a los jóvenes es una tarea importante: por esto, es bueno que los propios jóvenes hagan propuestas concretas.
Actualmente es decisivo consolidar y reforzar el entusiasmo y la confianza que han caracterizado desde siempre a los discípulos del Señor para ser apóstoles emprendedores en la acción educativa y pastoral dirigida a los jóvenes. Por esto, la Iglesia desea ante todo que cada joven se convierta en un “discípulo misionero”.
Es importante, en primer lugar, definir qué estilo de Iglesia es adecuado para encontrar hoy los jóvenes en sus distintas experiencias de vida, para que nazca una confianza y una familiaridad con ellos, para edificar junto con ellos un mundo más humano y más justo, y una Iglesia que sea cada vez más un signo luminoso del Reino de Dios que viene.
Es determinante, en segundo lugar, sugerir concretamente en qué modo los jóvenes pueden ser protagonistas y corresponsables del cambio que se quiere realizar. Los jóvenes están llamados a enriquecer la visión de la Iglesia sobre el mundo y sobre la historia con una renovada sensibilidad hacia los signos de los tiempos, que son los llamados de Dios a la Iglesia, a los jóvenes mismos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Por último, es igualmente relevante preguntarse cuáles son los ámbitos de compromiso a privilegiar para realizar una “pastoral juvenil vocacional” a la altura de nuestros tiempos.
Hay tantos lugares en los cuales la Iglesia encuentra a los jóvenes, pero se trata de comprender cuáles son los más adecuados para caminar con ellos; la Iglesia propone muchas iniciativas, pero aquí también se trata de verificar su consistencia para relanzar la calidad; la Iglesia usa muchos instrumentos y estilos de animación, en sus diversos componentes, pero no todos son adecuados para tocar la sensibilidad de los jóvenes.
PREGUNTAS PARA EL TRABAJO COMÚN EN GRUPOS
(11) Estilo de Iglesia. ¿Cuáles deberían ser las características de una Iglesia luminosa, atractiva y creíble para las jóvenes generaciones, capaz de suscitar en ellos respeto y atraer su interés?
(12) Jóvenes protagonistas. ¿Cuáles son los campos privilegiados, tanto civiles como eclesiales, en los que los jóvenes pueden ser verdaderamente corresponsables de la misión de la Iglesia con sus competencias y su pasión?
(13) Los lugares a privilegiar. ¿Qué lugares son más importantes que otros para encontrar a los jóvenes allí donde estén, para caminar con ellos y ofrecerles la luz de la fe?
(14) Las iniciativas a reforzar. ¿Qué iniciativas específicas parecen más adecuadas para tocar la sensibilidad de los jóvenes, a fin de que puedan crecer en su humanidad plena?
(15) Los instrumentos a utilizar. ¿Qué lenguajes parecen más convenientes y qué modalidades parecen mejores para suscitar en los jóvenes una sensibilidad vocacional, una atención por el prójimo y una vida de gracia?